3 sencillos consejos para ahorrar en un evento
En el aniversario de Central Venue, quiero colaborar de alguna manera a la labor de los organizadores de eventos y los corporativos que han tenido la confianza de acercarse a nosotros. En este tiempo he notado principalmente tres aspectos que pueden ser causantes de problemas y gastos innecesarios. A mi parecer son:
1. Exceso de equipo audiovisual.
Hace poco tiempo albergamos un evento en SCMasaryk donde ya no entraba una robótica más. Y tuvimos que pedir que bajaran el volumen del sonido para evitar que por la vibración cayera alguna de las obras de la galería. Creo que hay mejores maneras de impactar en los invitados.
El resultado no fue el deseado, pues era un exceso de elementos visuales y auditivos que solo aturdían y no ayudaban en nada a difundir el mensaje. Hay una regla básica del diseño que dice: cuando resaltas todo, terminas por no resaltar nada. Esto aplica perfectamente para un evento.
Puedo entender que en un salón de hotel se busque como "vestir" el espacio, pero cuando se cuenta con un lugar que solo requiere de retoques, no abuses del maquillaje. No hace falta.
2. Valet parking.
Si puedes, evítalo. Además de que es común que desaparezcan objetos del automóvil, es caro. Sé que hay lugares donde es imposible evitarlo, pero en nuestro caso ponemos opciones como son estacionamiento públicos a unos pocos pasos de los venues.
Curiosamente en eventos de 150 invitados, hemos llegado a recibir solo 30 automóviles. Los demás llegan en otros transportes o bien, eligen dejar su automóvil en la calle y pagar parquímetro. Me da gusto decir que hasta en bicicleta nos ha llegado gente. Los organizadores se preocupan de más por este aspecto, en ocasiones más que su cliente. Creo que es momento de que cambiemos nuestra manera de pensar ante los problemas que vive esta metrópoli. Nada pasa si caminamos una o dos cuadras.
3. Edecanes.
No se trata de quitar el trabajo a nadie, pero hay muchos eventos que no requieren de tener a una joven congelándose con poca ropa, esperando en exteriores a los invitados. Éstos lo que quieren ver son caras conocidas. El que invita debe estar esperando a sus invitados. Hasta ahora nadie me ha invitado a su casa y contrata a un extraño para recibirme.
Es arcaico, es un gasto de más y resulta, perdón, hasta denigrante. Entiendo que sea una fuente de trabajo, pero dejemos eso para las ferias en hoteles y centros de convenciones.
Espero que este escrito te haya resultado de interés y de ayuda, y por supuesto estás en todo tu derecho de disentir de las opiniones aquí vertidas. No hay ningún problema. De eso se trata.
